
¿Como ahorrar en calefacción en invierno?
Cuando llegan los meses más fríos, la calefacción se convierte en una de las protagonistas en cualquier hogar pero sin embargo, también suele ser la responsable de que la factura energética se dispare. La buena noticia es que no todo depende de subir o bajar el termostato: con ciertos hábitos y algunas mejoras en tu vivienda, puedes mantener el confort a la vez que ahorras en calefacción. ¿Cómo ahorrar en calefacción?
1. Utiliza la calefacción de forma eficiente
Uno de los errores más habituales es pensar que cuanto más alta esté la temperatura, más rápido se calentará la casa. La realidad es que lo único que conseguirás será aumentar el consumo innecesariamente.
La temperatura ideal para mantener una vivienda confortable en invierno está entre los 19 ºC y los 21 ºC durante el día. Por la noche, basta con mantenerla en torno a los 17 ºC. Cada grado de más puede incrementar el gasto energético entre un 6 % y un 8 %.
Si cuentas con un termostato programable, podrás ajustar las horas de encendido y apagado según tus rutinas. Así evitarás que la calefacción funcione cuando no estás en casa o en momentos en los que no la necesitas.
También es importante regular los radiadores, ya que no todos los espacios de la casa necesitan la misma temperatura. Cierra los radiadores de habitaciones que no utilices y evita cubrirlos con muebles o cortinas para que el calor circule mejor.
2. Mejora el aislamiento y aprovecha la luz solar
Un buen aislamiento es clave para no perder el calor generado. Las fugas más comunes se producen en ventanas y puertas. Puedes colocar aislante en las juntas, instalar doble acristalamiento o recurrir a cortinas gruesas y alfombras que ayuden a mantener la temperatura interior.
La luz solar también se convierte en un aliado gratuito. Durante el día, sube persianas y corre cortinas para dejar pasar los rayos de sol, y por la noche ciérralas para evitar pérdidas de calor. Este simple gesto puede suponer un ahorro notable en calefacción a lo largo del invierno.
3. Revisa tu sistema de calefacción y valora alternativas
Tener una instalación eficiente es fundamental. Si tu caldera o radiadores tienen más de 15 años, quizá sea el momento de valorar una sustitución por unos más modernos, y a ser posible, más eficientes.
Además, realiza un mantenimiento periódico: purga los radiadores cuando empiece época de frío, revisa la presión de la caldera y asegúrate de que todo funciona correctamente. Un sistema en buen estado consume menos y dura más.
Si estás pensando en renovar, cada vez más hogares apuestan por alternativas renovables como el autoconsumo con placas solares. Esta opción requiere una inversión inicial, pero a medio y largo plazo resulta rentables y contribuye a reducir la huella de carbono.
4. Ajusta tus hábitos en el día a día
Más allá de la tecnología y el aislamiento, los hábitos cotidianos también marcan la diferencia:
- Ventila la casa solo 10 minutos al día para renovar el aire sin enfriar toda la vivienda.
- Cocina con el horno y aprovecha el calor residual para calentar la estancia.
- Usa ropa adecuada a la temporada dentro de casa para no depender siempre de subir el termostato.
5. Asegúrate de contratar una tarifa energética adecuada
Por último, ahorrar en calefacción en invierno también depende de la tarifa energética que tengas contratada. Una tarifa mal ajustada a tus hábitos puede disparar tu factura, incluso aunque seas eficiente con el consumo.
Si tu sistema de calefacción es eléctrico y tu consumo se mantiene estable durante todo el día, te compensará más una tarifa fija con el mismo precio las 24 horas. En cambio, si puedes adaptar tus picos de consumo a las horas valle, una tarifa por tramos puede ayudarte a reducir aún más tu factura. También existen tarifas variables, que se ajustan según el coste de mercado: su ventaja es que reflejan de forma inmediata las bajadas del precio del mercado de forma inmediata, aunque requieren estar atentos a estas variaciones. Lo más importante es optar siempre por tarifas sin permanencia, que ofrezcan la flexibilidad de cambiar cuando tus hábitos o necesidades lo requieran.
En Máis Enerxía creemos que la eficiencia comienza con la transparencia en el suministro. Por eso ofrecemos tarifas de luz y gas pensadas para que pagues solo por lo que necesitas, sin letra pequeña ni permanencias. Además, nuestra atención personalizada te ayudará a entender qué opción es la más conveniente para tu hogar en función de tu consumo.